lunes, 5 de septiembre de 2016

El Jardín de los Suspiros

Palabras del catálogo realizado para la inauguración del Jardín de los Suspiros en la Universidad Carlos Rafael Rodríguez de Cienfuegos.
13 de febrero de 2001.

“Y el beso, que volaba tras la mano, rompiendo el aire se volvió suspiro”
Luis G. Urbina
Para quien ha transitado por la historia del arte desde los libros y en el aula como acercamiento fundamental, resulta atractivo y complejo a la vez, hablar de un proyecto artístico en los albores de un nuevo siglo, que, además, abre un nuevo milenio. Desde tres aspectos puede hacerse aún más complejo por cuanto este proyecto no es historia,, sino realidad presente, imbuida de toda la significación social con que una obra responde a su época, por otro lado y desde esta misma perspectiva, la conciencia de analizar una obra que puede encerrar dentro de sí los principales postulados estéticos de los últimos años del siglo XX y pudiera, sin saberlo o quizás sabiendo, hacer propuestas para nuevas posiciones artísticas que pudieran o no tener adeptos en las próximas décadas. Visto desde este ángulo, el proyecto a la vez que historia, para bien o para mal, habrá de tenerse en cuenta, en algún momento en que se analice la trayectoria de la escultura en Cienfuegos y quién sabe, la historia de la escultura en Cuba y el Caribe.

viernes, 22 de julio de 2016

A 40 años de los primeros trotes

Por el 40 aniversario de la fundación del Hotel Pasacaballo, el grupo Katey realizó diferentes intervenciones en la instalación hotelera. 
El periódico de la ciudad de Cienfuegos, "5 de septiembre" refleja en su portada del día, una imagen de la impresionante escultura nombrada "Equinaqua", con un artículo al respecto.

martes, 8 de marzo de 2016

Leyenda de Pasacaballo



Justo en la salida de la bahía de Cienfuegos, sobre un promontorio, se eleva uno de los lugares preferidos por los Cienfuegueros.

jueves, 22 de octubre de 2015

La fortaleza de la diferencia

Jorge Luis Urra Maqueira
Catálogo de exposición realizada en la Sala Mateo Torriente de la UNEAC, 15/enero/2002


Una disección de la obra escultórica de Arcadio Tomás Capote nos llevaría irremediablemente a distinguirle por la violencia que desata en cada uno de los temas, aquella ira contenida que brota en la pasmosa calma de los volúmenes y la ironía de los títulos, donde subyace la voluntad del cambio, el deseo de mofarse de las hormas y de ser personal o único, radical como los hacedores de estos tiempos; empero, diferente a los que se inclinan por un arte de sutilezas. En el suyo no abundan los anagramas, los juegos intertextuales (en todo caso su intertextualidad es sólo virtual), porque la fuerza está en el golpe, en la irreverencia del dedo que se sacude en las arenas, el reloj cuyas manecillas están fijas por siempre, el objeto que ve quebrada su imperfección a causa de un vulgar cabello, en el cerebro que yace en una jaula sin otro vuelo que no sea el de la inercia, la venganza compartida de aquellos clavos atravesados en el destino del martillo... Es la eterna poética de la subversión.

miércoles, 14 de octubre de 2015

Un escultor de carácter que universaliza la escultura para todos y con todos




La obra de Arcadio se logra comprender diferenciadamente tanto como obra creativa, así como medio de comunicación del conocimiento, por  las maneras de expresar y evidenciar lo formal  en  los contenidos que selecciona para referir temas en la manifestación artística que más  utiliza: la escultura,  con prioridad en la estatuaria, donde alcanza  sus mayores méritos. Genera así tendencias al tratamiento de componentes codificados sistematizados para mostrar acciones humanas, naturalezas, símbolos socioculturales, contenidos contemplativos revelados con una profunda identidad profesional y artística.